El récord, la copa y el revanchismo se citan en Barcelona

Roberto Tamayo

Cuando Pep Guardiola era entrenador del Barcelona aseguró que en el deporte nunca se toca fondo. Es más que probable que aquella sentencia se haya paseado por la cabeza de Xavi Pascual en los últimos días. Quedan tres jornadas para cerrar los billetes para la Copa del Rey de Vitoria y el Barcelona Regal afronta una encrucijada tan peligrosa como desconocida. Ha completado 10 días horribilis con cuatro derrotas consecutivas. Y por si el cuadro no tuviera elementos suficientemente llamativos el calendario introduce un nuevo trazo. El Real Madrid visita el Palau con un doble desafío idílico para los madridistas: igualar el mejor arranque en la historia de la competición y acercar a su máximo rival hacia el precipicio.


El Barça, adalid del baloncesto español en el siglo XXI, nunca ha visto una fase final de la Copa por televisión. El viacrucis por el que atraviesa el equipo culé ya no se puede disimular con su excelente andadura en la Euroliga. Las prestaciones blaugranas en Liga han sido irregulares desde que naufragara en su estreno ante el Valladolid. Pero su sólida (e irreal) trayectoria en Europa ejercía de maquillaje. Ahora le toca ir a pecho descubierto en las próximas tres jornadas para evitar lo que supondría una debacle que podría hacer tambalear la silla del recién renovado Xavi Pascual. 

Cuentas pendientes

El deporte es tan generoso que siempre te ofrece una revancha. Durante los últimos años, el Barcelona ha sido el verdugo del Madrid en numerosas ocasiones. En la era Messina incluso caricaturizó a los blancos con palizas dolorosas. Y a nadie se le debería escapar que los culés son los actuales campeones de liga tras remontar una final al Madrid que tenían en persa. Hace tiempo que el Madrid no se presenta en el Palau con la etiqueta de favorito. Pero el escenario ha cambiado y el equipo de Pablo Laso tiene entre manos una situación desconocida: apuntillar a su máximo rival en Barcelona e inscribir los nombres de los 12 integrantes de la plantilla en el Olimpo de la historia de la ACB.

Más allá del revanchismo entre clubes, el duelo tiene numerosos desafíos personales. Tomic, jugador más valorado del Barça, se enfrenta por primera vez en liga ante sus ex; Navarro querrá rememorar sus días de gloria ante el Madrid; los merengues ambicionan ganar en el escenario donde perdieron el título liguero.

El clásico del domingo 30 se presenta como el cartel más atractivo para cerrar 2012. Se trata de una oportunidad extraordinaria para situar el baloncesto en primera línea de la parrilla deportiva. Por eso estamos ante una semana de importancia capital que debería gestionarse con brillantez a través de una promoción masiva y de calidad del encuentro.