Roberto Tamayo
Ayer asistí a una conversación
multilateral sobre españoles contemporáneos de éxito. Un hombre con acento
londinense y hechuras de mandamás quería elaborar un listado. Las 15 personas
que le rodeaban se miraron entre patidifusos y sonrientes. ¿Españoles de éxito?
Un par de minutos después empezaron a cantar nombres. Cada pareja lanzaba uno. De
los siete que enumeraron, cinco estaban relacionados con el deporte. Nadie
reparó en escritores, científicos, pensadores, artistas … Estas respuestas servirían para elaborar un
estudio sociológico, pero ese es un análisis que cedo a los expertos. Despachados
los nombres, se abrió otro foco de debate: ¿Es necesario tener una escala de
valores para entrar en esta lista?
A punto de descorchar una nueva
Liga Endesa emerge una cuestión que promete alimentar los mentideros de un
pelotón de enterados. Pablo Laso termina contrato en junio de 2014 y aún no ha
renovado. Desconozco la hoja de ruta prevista por los dirigentes de la sección
para tratar un asunto capital. En los últimos 15 años el Madrid ha sido una
trituradora de entrenadores: con apellidos castizos, con tantos acentos como
para montar una escuela de idiomas, con curriculum cum laude, novatos, sargentos de hierro, conciliadores … Ninguno de
ellos resistió más de tres cursos en su silla.
¿Se puede considerar a Laso un
entrenador exitoso? Si lo comparamos con Pedro Ferrándiz (amén) o Lolo Sáinz es
un mero aprendiz. Pero aquellos tiempos de Alicia en el país de las maravillas
quedan demasiado lejos. En el caso de que ponderemos sus triunfos con los de
sus antecesores durante los últimos 15 años se puede concluir sin excitar a
nadie que Laso es el entrenador más exitoso en ese periodo. 111 victorias en 144 partidos le convierten,
con un porcentaje de triunfos del 77%, en el tercer entrenador con mejor
balance de la historia del club, solo por detrás de Ferrándiz (85%) y Sáinz
(81%).
El entrenador del Madrid aglutina
una suculenta cuota de parroquianos, pero también existen Laso escépticos. El
diario Marca lanzó ayer una encuesta sobre la renovación de Laso. Votaron 8.883
internautas. Un 93,4% daba su beneplácito a la extensión de contrato mientras que
un 6,6% se mostraba reacio. No logro conciliar el sueño pensando en esa minoría
no silenciosa. ¿Quién es ese entrenador que guardáis bajo llave y que mejorará
lo visto desde 2011?
Me sorprende escuchar y leer a
madridistas al borde de la desesperación con el preparador merengue. Durante la
estepa por la que ha deambulado el Madrid hasta 2011, el sentimiento del
aficionado blanco era similar al del PP andaluz en las elecciones autonómicas: “Otra
vez será”. El equipo de Laso ha levantado cuatro títulos en los últimos dos
años, ha reanimado y enganchado al languidecido aficionado madridista como
consecuencia de un estilo de juego rumboso. Sí, desmesurado en ocasiones, pero
bendita locura. Sí, el Madrid tiene una plantilla nirvanística. Pero recuerdo que hasta hace cuatro días, ni el
goloso presupuesto blanco ni la atracción del escudo eran argumentos suficientes
para embelesar a determinados jugadores.
Permítame que cometa la osadía
(herejía para algunos) de establecer ciertos paralelismos entre Laso y
Guardiola. Si profesa usted el ‘Guardiolismo’, tranquilo, no hay comparación
posible a nivel curricular. Recuperada la respiración, convendría recordar que
a ambos les encomendaron la titánica tarea de dirigir a dos equipos mastodónticos
cuando apenas eran unos novatos, de perfil bajo que gusta decir ahora. Los dos
dotaron de identidad a sus plantillas y lograron unificar a la prensa en torno
a su obra, a excepción de algún verso suelto. Y ambos han sido y son ejemplares
embajadores de sus respectivos clubes sin necesidad de entregarse a la
piromanía.
Laso camina por un desfiladero con
pasadizos secretos y esporádicos al edén. Este trayecto ya lo recorrió Xavi
Pascual en sus primeros años en el Barça. Hoy es uno de los entrenadores más
asentados en Europa. Solo los trofeos amainan a los aficionados. Porque en
España, admitámoslo ya, tenemos un complejo de inferioridad (o de paletismo) galopante
con respecto a lo que viene de fuera. Y para conseguir esos títulos hacen falta
confianza y tiempo. ¿Se los darán?
Ya estaba ansiosa por recuperar la práctica de entrar en el bloc. La nueva temporada se presenta interesante y no dudo que Laso sabrá llevar al Madrid con la firmeza y el buen hacer a que nos tiene acostumbrados. Ese 6,6 de la minoría silenciosa, más bien parece algo diabólico por el número tan redondo, pero Belcebú siempre tiene guardado un as en la manga. Espero que no sea para sustituir a Pablo Laso que voto porque renueve su contrato. ¡A por ello!
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