martes, 8 de enero de 2013

Gasol necesita recuperar la sonrisa (lejos de LA)

Roberto Tamayo




La memoria de las personas tiende a ser amnésica y selectiva. Estos dos adjetivos se agudizan en el deporte hasta extremos sorprendentes. Los adalides del cortoplacismo imponen su ansia insaciable de cambiar las piezas del puzzle que no encajen después de un par de intentos. Pau Gasol vive sus días más desagradables en los Lakers. Después de ganar dos anillos y alcanzar tres finales NBA desempeñando un rol estelar, su taquilla en el Staples parece más volátil que nunca. Siendo honestos, cualquiera menos Kobe Bryant corre el riesgo de no salir en la foto. Solo han transcurrido dos meses y medio de competición, pero la convulsión que reina día sí y día también en los Lakers genera la sensación de que hayan disputado ya dos ligas.
En este matrimonio Lakers-Gasol hay dos hechos indiscutibles. El primero es que la franquicia angelina atraviesa por una de sus más agudas crisis del siglo XXI. El otro hecho es que el jugador español está firmando la temporada más floja en su duodécimo año en la NBA. A partir de estas dos realidades se abre un abanico de elucubraciones sobre el futuro inmediato del equipo y del ala-pívot.

Desgobierno en el Staples


El entorno de una macroorganización como la de los Lakers es difícil de controlar. Su exposición mediática es un remanso de parabienes cuando los resultados te sonríen y resulta destructiva cuando vienen mal dadas. Se han escrito ríos de tinta sobre las actuaciones de Gasol durante esta temporada. La mayoría, para criticar sus números y su nula incidencia en el juego. No ha existido ninguna línea coherente en las declaraciones de dos iconos del conjunto amarillo. Magic Johnson se ha pasado un año y medio atacando a Pau y de repente le concede importancia suprema. Kobe califica al español como su "hermano", luego le critica en numerosas ocasiones ante la prensa y ahora le echa en falta. Mike D'Antoni, en cuya tarjeta de visita figura "entrenador de Los Angeles Lakers", ensalzó las cualidades de Gasol nada más aterrizar en Hollywood, le relegó al banquillo en algunos finales de partido ajustados y hace tres semanas cenó con él para prometerle más importancia.

Pero ya se sabe que las palabras se las lleva el viento. El rol del jugador de Sant Boi no solo no ha cambiado sino que se ha reducido su trascendencia en el juego. Continúa alejado de la zona y lanza cada partidos un par de triples. En 25 partidos ha tirado casi las mismas veces (23) de 3 que el curso pasado en 65 encuentros 827). En los tres envites de 2013, Gasol promedia 8 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias con un 8 de 27 en tiros de campo en casi 33 minutos. Estos números coinciden con las tres derrotas consecutivas que acumulan los Lakers.

La penúltima ocurrencia de Kobe, Howard o el departamento de comunicación del equipo angelino ha sido ironizar sobre la supuesta pelea que tuvieron el escolta y el pívot tras la derrota ante Philadelphia el 1 de enero. Diría que me sorprende que D´Antoni se preste a este tipo de bobadas, pero no es más que el fiel reflejo del papel de marioneta del entrenador.




El mal líder

En el deporte se utiliza la palabra líder para ensalzar a una persona. Con Kobe deberíamos reciclar ese significado ya que está naufragando como tal. No existe debate sobre su excepcional media anotadora. Tampoco se discute su implicación en la cancha. Se puede criticar su selección de tiro y confianza en sus compañeros. Pero lo que se debería poner sobre la mesa es su fracaso como guía. Un líder es mucho más que un anotador. Bryant no ha logrado, de momento, ser el cabecilla que revierta una crisis de dimensiones aún insospechadas. Sus declaraciones incendiarias en la prensa no parecen ser las más adecuadas en una situación como esta. Porque lo peor parece que está por llegar. Los Lakers inician una gira de tres partidos con Howard y Gasol lesionados.

La sensación de desgobierno es absoluta. Con este escenario, la mejor opción para Pau es que sea traspasado. Ni siquiera el glamour de los Lakers debería ser argumento suficiente para aferrarse a una franquicia que navega a la deriva y en la que infravaloran su talento. Tampoco es rentable para el equipo californiano un jugador que gana entorno a los 18 millones de dólares y cuya importancia en la cancha es inapreciable.

El cambio de aires debería ser liberador para un Gasol que necesita volver a sonreir.

1 comentario:

  1. LIBEREMOS A GASOL !!!
    Narices no tenemos más que una y la de Pau se merece un reposo.

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